viernes, 13 de junio de 2008

La compresión del tiempo y la flexiseguridad


Nunca en la historia se había jugado tanto con un concepto del que sólo conocemos su medida. Desde que hemos descubierto que el tiempo tiene un precio -la muerte lo tenía hace ya "tiempo"- nos dedicamos a comprimirlo para aprovechar hasta la última gota. La necedad del esclavo nos lleva a ello. Primero, porque como decía el bueno de Machado "solo el necio confunde valor y precio". Segundo, porque al apretarle tanto las tuercas el tiempo-como no podía ser de otra manera- es él quien juega a la contra.

Una horita de trabajo hoy día -esto cuesta hacérselo entender al jefe- no es como una hora de trabajo hace cinco años. Qué decir en el seno de otros trabajos como la construción, donde la nueva jornada laboral "flexible" resta seguridad casi tanto como suma precariedad. La "flexi-seguridad" es el precio sobre hora de trabajo que debemos pagar los trabajadores. El sueldo no contempla este nuevo riesgo. Ni lo contemplará jamás. Mientras tanto, los accidentes laborales no son "tónicas" sino eso precisamente... "Accidentes". Se paga la muerte a un precio razonable y punto.

Europa propone (¿Europa propone?). Perdón. Más bien diríase, los capolavoro europeos proponen al mismo tiempo la conciliación de la vida familiar y laboral, la asunción de los viejos valores cristianos -familia, vida, propiedad- y una jornada laboral que los ahoga a todos. Cuestionan la validez de los convenios colectivos mientras aprovechan las huelgas de transporte para despedir trabajadores sin apenas coste. Todo por el bien común. Mientras tanto, Irlanda, el más católico de los países europeos, puede dar un golpe directo a la línea de flotación de "esta" Europa. Mientras tanto, Europa pide una mejora en las capacidades militares de sus integrantes, pero ¿no nos habíamos quedado sin enemigos? Esta visto que queremos salir de esta desaceleración por la vía norteamericana: invierta en armas lo que ayer invertía en construcción. Riesgo cero (de momento)

De la Europa social y medioambiental, nada menos que menos es nada: glorificación de la agricultura a destajo. El pequeño productor se comerá lo que produce porque la calidad no tiene sentido en el mundo de "la calidad bvqi". Parajoda.

Habrá quien piense que esta Europa poco tiene que ver con la que creímos ver... ¿cuándo exactamente? para ser honestos... Nunca.

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