
Quéperravida, quévidaperra. A rastras con ella, el pobre no sabe qué ponerse encima y el rico no sabe qué quitarse. Por no tener, ya no podemos tener ni siquiera ideas, y eso que era una de las pocas cosas que eran gratis. Desde hace algún tiempo, pensar se ha convertido en un negocio más que en un oficio: ¿que usted quiere ganar dinero con lo que piensa? perfecto, pásese a nuestro lado. ¿Que quiere pensar libremente? perfecto, pero póngase a un lado que no va usted a ninguna parte. El viaje a ninguna parte de las ideas siempre es el telón de fondo del pensamiento. Spinoza siempre supo que nunca llegaría a ninguna parte. Por eso se perdió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario